La verdadera versión de el clásico cuento de "Caperucita roja" no es esa dulce historia que todos conocemos en la que todos acaban "siendo felices y comiendo perdices", no, ni mucho menos.
La verdadera versión es mucho más sangrienta, no apta para niños pequeños.
Si te intriga cómo es esta versión ahí va un enlace para verla (Si no aparece en azul cópialo y pégalo en la barra de direcciones).
PDT: no apta para personas de carácter impresionable.
http://www.youtube.com/watch?v=o0h0oVZIO74
jueves, 31 de mayo de 2012
viernes, 20 de abril de 2012
La casa Rúa o Villa Apolo, situada a las afueras de Ronda, era una casa señorial, y en la actualidad se encuentra en grave estado de deterioro, con el techo totalmente undido y las paredes desconchadas y llenas de grafitis es una de las casas abandonadas más visitadas de Ronda, ésta mansión guarda tras sus muros una tétrica y dramática historia, pero, realmente, no es la casa en si la que guarda esta leyenda tras sus muros, sino, la siniestra torre que yace entre los jardines de la mansión y desde la que se puede observar una de las vistas más bonitas de Ronda.
Se dice que aquí vivía una familia rica con hijos.
La familia había contratado a varios cuidadores para que cuidaran de los niños y que no les pasara nada, pero un día una de las niñas desapareció, no se sabe como, si en algún despiste de los cuidadores o por que se escapó.
Los padres llamaron a la policía y contrataron a gente para encontrarla, pero la niña no aparecía.
Una noche los padres de la niña no encontraban a una de las niñeras de la casa, así que fueron a ver si estaba en la torre haciendo alguna labor, pero, no tenían ni idea de que lo que iban a encontrar no era precisamente a la niñera:
La niña estaba muerta, descuartizada con brazos, piernas y cabeza ahogados en su propia sangre dentro de un gran barreño situado encima de un pedestal los padres sumidos en la más profunda de las depresiones contrataron a todo tipo de detectives, policías, etc, pero nunca se encontró el asesino, y se cuenta que aún a veces, en noches tormentosas como aquella, pueden oirse los gritos y llantos de los padres al ver a su hija muerta, y que el fantasma de la niña aún merodea por la torre clamando venganza.
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